martes, 3 de abril de 2012

EL PAPA Y EL EMBARGO

Raúl Castro burlándose del Papa

Editorial de La Nueva República*

El Cardenal Bertone declaró que el Papa podría ayudar a destrabar la situación en Cuba. Es una oferta que no debe despreciarse. Para ser efectivo en esa función Benedicto XVI debe resolver algunos asuntos. El primero es frenar la complicidad de un sector de la jerarquía católica cubana con el régimen. El segundo es rectificar la posición del Vaticano respecto al embargo estadounidense. El tercero es reconocer la representatividad de la oposición.

Es evidente que el Cardenal Ortega acepta que el cambio en Cuba tiene que ser dirigido por la dictadura, en sus términos y con la colaboración de la Iglesia. En contraposición, el Arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez, el Padre José Conrado y otros sacerdotes no piensa así. En la visita del Papa, el arzobispo se negó a saludar a Raúl Castro, a quien dejó con la mano extendida. El Padre Conrado criticó la manipulación política de la Iglesia sobre quién podía ir o no ir a la misa papal: “la Iglesia no debe prestarse para eso”.

El Vaticano no puede conciliar y ser parte a la vez. Si el Vaticano condena el embargo estadounidense se anula como mediador. Ante la eventual desaparición de Raúl y Fidel Castro, o ante una crisis por la pérdida de la subvención del petróleo venezolano, el embargo es la carta más importante de la oposición democrática en una negociación con los militares.

El Papa acaba de decir que las penurias que sufre el pueblo cubano son consecuencia del marxismo. Al responsabilizar al embargo de la situación del pueblo cubano, el Vaticano exonera al régimen de su culpabilidad en el desastre.

Por último, el Papa debe haber tomado nota del profundo resentimiento generado por rechazar una reunión con las víctimas de Fidel Castro al mismo tiempo que dialogaba con el verdugo. Seguramente fue un error inducido por el Cardenal Ortega. También es una prueba de la falta de conocimiento del Vaticano sobre la realidad cubana. No se puede mediar desconociendo a una de las dos partes y mucho menos lastimándola.

La oferta de ayudar a la democratización de Cuba surgió del Vaticano. Benedicto XVI es el representante de más de mil millones de católicos en el mundo. Su interés por la democracia en Cuba no debe rechazarse.


* LNR es el semanario del partido Cuba Independiente y Democrática en la isla

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