sábado, 17 de enero de 2015

¿Dónde está Fidel Castro?




A todos llama la atención que una persona como Fidel Castro, tan centrado en sí mismo y siempre ansioso de atraer las candilejas sobre su persona, no se haya expresado de alguna manera sobre temas de trascendencia histórica para el país, como el anuncio de la intención de restablecer relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, o las más recientes medidas tomadas por el Presidente Obama para flexibilizar algunas de las disposiciones del embargo.

Los rumores corren por todas partes sobre cuál sería su verdadero estado de salud, aunque los rumores nunca se basan en hechos específicos o situaciones que se puedan comprobar. Algunos -no pocos- lo han dado por muerto y, prácticamente en todas las redacciones de prensa del mundo en las últimas semanas ha existido alguna alerta informativa para cuando ocurra “eso”, que algún día tendrá que suceder.

Incluso el regreso de los tres últimos espías de la Red Avispa que fueron liberados por Estados Unidos se puede considerar una victoria personal del Comandante, pues fue el quien comenzó esa campaña que fructificó ahora gracias a la actuación ambigua del Presidente de Estados Unidos en sus relaciones con el gobierno cubano, y ni aun en ese caso Fidel Castro ha dado muestras de estar al tanto de los acontecimientos.

El jefe de la red de espías, y su esposa, también espía, tras un novelesco embarazo más  propio de películas de James Bond que de la vida real, tuvieron una hija recientemente, y eso tampoco motivó algún gesto público de Fidel Castro, quien, sin embargo, según la prensa oficial cubana, habría escrito una carta al ex-futbolista Diego Armando Maradona. 

¿Es más importante o trascendente para Castro el futbolista-payaso que el jefe de una red de espías que ha sido declarado héroe nacional?  

No tiene sentido esperar que por parte de Raúl Castro se produzca alguna información sobre este tema que no fuera sobre el desenlace final, cuando ocurra. 

Mientras tanto, su absoluta dependencia del pensa-miento -o el espíritu- de su hermano mayor, solamente le alcanzan para intentar alguna “actualización” del modelo “sin prisa pero sin pausa”, y poco más. 

¿Habrá sido capaz Raúl Castro de estas movidas con el gobierno de Estados Unidos de espaldas a Fidel Castro? ¿O en contra de él? 

Difícil creerlo. Sería más práctico pensar que, por alguna razón que todavía no conocemos, el Castro mayor no está en condiciones de interrumpir o detener al menor.  Mientras eso no se conozca, todos los cubanos tienen todo el derecho del mundo a preguntarse: ¿Dónde está Fidel Castro?  

Por Yandris Espino 

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1 comments:

Anónimo dijo...

r en el infierno donde ase mucho deberia de esrtar

21 de enero de 2015, 9:23

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